Penedo do porto de Vitória – Fotografia André Magnago


Objeto de experimentación

El ser que habita un ambiente determinado inevitablemente modificará su medio y será modificado por el mismo. Tanto su imaginario, como la subjetividad del individuo están vinculadas y sujetas a influencia de innumerables impresiones que su contexto suscita. El habitante corresponde a una parte inherente de este sistema, siendo el mismo, uno de los elementos que constituyen su nicho. Él es a su vez el fruto que cae de los arboles y el brote que rompe la cascara de la semilla.

El grupo Ato Falho parte de este principio, agregando el proceso creativo de ocho artistas cuya obra esta en dialogo con el contexto que les es común: la ciudad de Vitória y sus alrededores. Además de sus innumerables estímulos e impresiones que el cotidiano capixaba puede emerger, el grupo se propone a investigar y reflexionar sobre los fenómenos que dieron origen, hace millones de anos, al ambiente geográfico en cuestión, como la Falla geológica de Vitória. Se trata de una fisura en la capa terrestre que se inicia en el medio del Océano Atlántico y se adentra hacia el continente sudamericano. Por ser una zona de fragilidad en la superficie terrestre, la Falla ha sido palco para diversos episodios magmáticos, los cuales configuraron el ambiente con el que nos relacionamos hoy en día. Estos eventos sucedieron debido al alineamiento de la Falla de Vitória con otro fenómeno conocido como Pluma Mantélica: una pulsación magmática que brota del interior de la Tierra y que, al alinearse con la zona de fragilidad de la fisura, resulta en erupciones y en la formación de diversos volcanes.

El habitante de la Falla reconoce en estos fenómenos motivos que se repiten en su propio proceso creativo, una vez que el sujeto puede ser concebido como alguien que tiene una corteza habitual que lo sufoca y que es quebrada en el embate con la materia. Al trabajar un material determinado el artista revela parte de su contenido interior, dejando que sus verdades intimas sobrepasen las rígidas camadas internas, y de esta forma se da un acto fallido.

Así pues, vivimos una corteza y todo lo que ella suscita, pero soñamos con la falla, con la pluma y con los aspectos sumergidos de este espacio. Se trata de interpretar las fuerzas actuantes de este nicho a partir de una mirada maravillada, movida por la imaginación y el devaneo, reconociendo relaciones entre los procesos originarios del ambiente habitado y el proceso creativo de los habitantes. El conocimiento objetivo y el conocimiento subjetivo se confunden, generando nuevas posibilidades para el modo de cómo el ser da significado a su vida y al medio que lo envuelve.

                                                                                                                                                                                         Arthur Meirelles Neto , dezembro de 2021